La idea de formar esta academia nace ante el apasionado interés de los hijos de los Directores por el baile, viendo en esta una gran posibilidad de compartir algo más que la sangre, de dedicarles tiempo a sus hijos haciendo de esta compañía una academia familiar, donde la familia se hace cada vez más grande.
El interés por la danza siempre estuvo presente en ambas familias, por una parte la Directora Martha Tuz desde muy temprana edad participaba en los eventos de baile locales, por su parte el Director Emigdio Perez, tuvo a su hermana que lo impulsó con el ejemplo a participar en la danza tomando de esta manera un gusto único y genuino por el baile.
Los Directores reconocen la importancia de la técnica en el baile, pero no lo consideran lo más importante, es por esta razón el nombre de la academia está inspirado en Margot Fonteyn, una de las grandes bailarinas del siglo XX y un ejemplo de que la técnica no lo es todo, no tenía buenos pies, pero no hacía falta, formó con Rudolf Nureyev una pareja explosiva, demostrando que lo más importante es tener pasión por el baile.